
Esta receta es ideal para quienes buscan una crema reconfortante y sofisticada, perfecta para días frescos o una cena especial. Aquí te muestro cómo lograr esa textura aterciopelada y ese contraste de sabores entre la dulzura de la castaña, el sabor profundo de los champiñones y el toque crocante del jamón.
En casa la preparo mucho en otoño, con castañas recolectadas y champiñones frescos del mercado; siempre arranca suspiros en la mesa y deja ganas de repetir.
Ingredientes
- Castañas cocidas, 200 g: Aportan dulzura y cremosidad únicas, elige castañas firmes y sin manchas, frescas o en conserva bien escurridas.
- Champiñones limpios y troceados, 200 g: Dan profundidad de sabor y textura, opta por ejemplares de sombrero firme y color uniforme.
- Cebolla picada, 1 unidad: La base aromática imprescindible, mejor si es dulce para realzar el perfil de la crema.
- Caldo de pollo o vegetal, 500 ml: Fundamental para dar cuerpo y sabor, usa uno casero si puedes, marca la diferencia.
- Nata líquida (o leche evaporada para versión ligera), 100 ml: Logra textura sedosa, busca productos con ingredientes simples.
- Aceite de oliva virgen extra: Acentúa los sabores, vale la pena invertir en uno de buena calidad.
- Sal y pimienta al gusto: Ajustan y realzan el conjunto.
- Jamón serrano, 4 lonchas: El toque crujiente y salino, si es cortado fino y de calidad, mucho mejor.
Instrucciones paso a paso
- Sofreír la base:
- En una cazuela añade un poco de aceite de oliva virgen extra y sofríe la cebolla picada. Cuida que se haga a fuego medio, hasta que quede transparente pero no dorada. Incorpora los champiñones troceados y rehoga durante unos cinco minutos, removiendo para que suelten todo su aroma.
- Cocinar las castañas:
- Agrega las castañas cocidas a la cazuela junto con el caldo que prefieras (pollo o vegetal). Lleva a ebullición y cuece todo junto a fuego medio, sin tapar completamente, durante unos quince minutos. Las castañas irán impregnándose de los jugos y el caldo tomará cuerpo.
- Triturar y texturizar:
- Retira del fuego y deja templar apenas un poco. Utiliza una batidora manual o de vaso para triturar la mezcla hasta lograr una crema fina y homogénea. Añade la nata líquida o leche evaporada y vuelve a calentar suavemente durante unos minutos. Salpimenta al gusto.
- Preparar el jamón crujiente:
- Coloca las lonchas de jamón serrano en una sartén antiadherente (sin aceite). Dora a fuego medio por ambos lados hasta que queden crujientes, pero sin quemarse. Escurre sobre papel absorbente y deja enfriar, se pondrán aún más crujientes.
- Servir y coronar:
- Sirve la crema bien caliente en boles individuales. Desmenuza el jamón crujiente por encima justo antes de llevar a la mesa. Si te apetece, decora con unas gotas de aceite de trufa o cebollino fresco picado.

Siempre recuerdo la primera vez que la preparé con castañas recién caídas del bosque, el aroma en la cocina es inolvidable, y el jamón crujiente es la guinda de la experiencia.
Cómo conservarla
Guarda la crema, ya fría, en hermético en la nevera, dura bien hasta tres días. El jamón crujiente consérvalo en un recipiente aparte, sin tapar del todo para que no se ablande. Si la quieres congelar, hazlo sin añadir la nata y agrégala al recalentar.
Sustituciones de ingredientes
Puedes cambiar los champiñones por setas de temporada si buscas un sabor más silvestre. Si no tienes castañas naturales, usa en conserva bien aclaradas. El jamón serrano se puede sustituir por virutas de ibérico, jamón ahumado o incluso finas tiras de pavo para versión más ligera.
Sugerencias para servir
Resulta deliciosa como entrante en una comida de celebración, o como cena ligera acompañada de pan crujiente sin gluten. Un chorrito de aceite de trufa o unas gotas de limón le dan mucha personalidad. También la he servido en tazas pequeñas para un aperitivo de otoño.
Contexto cultural e histórico
La combinación de castañas y setas es muy tradicional en regiones de montaña españolas, especialmente cuando llega el otoño y tanto la recolección de castañas como la de setas es un auténtico ritual. El jamón aporta ese guiño ibérico y convierte esta crema en homenaje a productos emblemáticos de la cocina española.
Adaptaciones estacionales
Con setas silvestres de primavera u otoño, la crema gana matices muy especiales. En invierno, añado una pizca de nuez moscada. En primavera, el toque de hierbas frescas (como perejil o cilantro) le va de maravilla.

Esta receta te sorprenderá por su sencillez y el sabor tan complejo que ofrece, perfecta para sorprender y disfrutar de lo mejor del producto local.
Llevar esta crema a la mesa ofrece un trozo de tradición y mucho cariño, cada cucharada es un pequeño homenaje al otoño y a esos ingredientes inconfundibles de nuestra cocina.
Preguntas frecuentes sobre recetas
- → ¿Puedo usar castañas en conserva?
Sí, se pueden emplear castañas en conserva; escúrrelas bien antes de incorporarlas para evitar exceso de líquido.
- → ¿Qué alternativa existe a la nata líquida?
Se puede sustituir la nata por leche evaporada, bebida vegetal o simplemente omitirla si prefieres una textura más ligera.
- → ¿Esta crema es apta para celíacos?
Sí, todos los ingredientes propuestos son sin gluten. Confirma siempre que el caldo sea apto para celíacos.
- → ¿Cómo consigo un jamón realmente crujiente?
Fríe las lonchas a fuego medio sin aceite hasta que pierdan humedad y colócalas sobre papel absorbente al sacarlas.
- → ¿Puedo prepararla con antelación?
La crema se puede hacer el día anterior y calentar antes de servir. Añade el jamón crujiente al final para mantener su textura.
- → ¿Qué aceite se recomienda para el acabado?
Un chorrito de aceite de oliva virgen extra o aceite de trufa aporta un matiz aromático especial al servir.