
Las patatas bravas maison son la tapa perfecta cuando buscas algo sabroso y sencillo que guste a todos. Crujientes por fuera con una salsa brava casera llena de carácter ahumado, este plato español siempre triunfa durante los aperitivos o para acompañar carnes a la plancha. La clave está en el contraste entre las patatas doradas y la salsa picante que despierta recuerdos de veranos en terrazas madrileñas.
La primera vez que preparé estas patatas fue para una tarde de juegos en familia y desde entonces siempre las piden cuando vienen amigos. La salsa brava casera se ha convertido en un imprescindible en mi cocina.
Ingredientes
- Patatas: Preferiblemente de textura harinosa, logran una fritura perfecta, crujiente por fuera y suave por dentro. Busca patatas frescas y sin golpes.
- Aceite de oliva virgen extra: Para freír y dar un sabor profundo y auténtico. Elige uno de sabor suave para no absorber demasiado gusto.
- Paprika ahumada: Aporta ese toque español y profundidad de sabor. Elige pimentón de la vera si puedes.
- Tomates maduros: Para la base de la salsa. Cuanto más aromáticos y rojos mejor. Puedes usar tomate triturado de calidad si no es temporada.
- Ajo fresco: Intensifica el aroma de la salsa y se usa también en el alioli opcional. Escoge dientes firmes y sin brotes.
- Mayonesa: Para preparar el alioli cremoso opcional. De origen, si deseas un contraste suave, mejor usar mayonesa de buena calidad.
Instrucciones paso a paso
- Preparar las patatas:
- Pela las patatas y córtalas en cubos grandes de unos dos a tres centímetros. Intenta mantener tamaños parejos, así se cocinan de manera uniforme.
- Hervir las patatas:
- Lleva una olla grande con agua y sal al fuego. Añade las patatas y cocina durante cinco minutos. Deben quedar apenas tiernas pero no blandas. Es importante para conseguir un interior suave y un exterior dorado.
- Secar y enfriar las patatas:
- Escurre las patatas sobre un paño limpio y deja que se enfríen completamente. Secarlas muy bien ayuda a que queden crocantes al freír.
- Freír las patatas:
- Calienta abundante aceite de oliva en una sartén grande. Cuando esté bien caliente, fríe las patatas por tandas evitando amontonarlas. Cocina hasta que estén doradas y muy crujientes. Retira a papel absorbente.
- Preparar la salsa brava:
- En otra sartén, sofríe ajo picado hasta dorado. Añade el tomate triturado y cocina a fuego lento por diez minutos. Incorpora el paprika ahumado, un poco de sal y azúcar para balancear la acidez. Sigue cocinando hasta espesar la salsa. Pásala por un colador si la prefieres más fina.
- Servir y preparar el alioli opcional:
- Para el alioli, mezcla mayonesa con ajo fresco triturado y un chorrito de zumo de limón. Añade encima de las patatas junto con la salsa brava. Sirve inmediatamente con perejil fresco picado.

Lo que debes saber
- Ideal para picar antes de la comida o para llevar a una reunión.
- La salsa brava aguanta bien cuatro días en la nevera.
- Esta receta es naturalmente vegetariana.
- Las patatas quedan deliciosas también si las horneas en vez de freír.
Siempre he sido fan del pimentón ahumado porque transforma cualquier salsa sencilla en algo especial. La primera vez que lo compré fue en un pequeño mercado en España y desde entonces lo uso en esta receta para recordar ese viaje cada vez que la preparo.
Cómo almacenar y recalentar
Después de enfriar, guarda las patatas y la salsa por separado en recipientes herméticos. Las patatas se pueden recalentar en horno fuerte para recuperar el crujiente. No recomiendo el microondas porque se ablandan. La salsa se puede recalentar a fuego bajo, removiendo bien.
Sustituciones de ingredientes
Si no tienes paprika ahumada, se puede usar pimentón dulce para una versión menos intensa. El tomate natural se puede cambiar por salsa de tomate no tan ácida para aportar suavidad. Por otro lado, puedes usar aceite de girasol de buena calidad si buscas un sabor más neutro.

Ideas de presentación
Sirve las patatas bravas en platos pequeños o tablones de madera y decora con perejil fresco picado. Si hay niños en casa, sirve la salsa aparte, así cada quien añade a su gusto. Combina con cervezas frías o vino espumoso español para una experiencia completa.
Un poco de historia
Las patatas bravas son uno de los platos más emblemáticos de las tapas madrileñas. Nacieron como un bocado sabroso para acompañar bebidas en los bares. A lo largo de los años, la salsa ha evolucionado en cada familia hasta tener ese punto picante pero amable que invita a repetir siempre.
Trucos expertos
- Secar las patatas al máximo es la clave del crujiente.
- Deja reposar la salsa brava para que los sabores se potencien.
- Sirve siempre caliente para disfrutar el contraste entre patata crujiente y salsa templada.
Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Qué tipo de patatas se recomienda usar?
Se aconsejan patatas de piel fina y textura firme, como las variedades nuevas o monalisa, para un mejor resultado crujiente.
- → ¿Cómo conseguir una salsa brava suave pero picante?
Añade pimentón dulce, pimentón picante y una pizca de guindilla a la base de tomate para lograr equilibrio en el sabor.
- → ¿Es necesario pelar las patatas antes de freírlas?
Se recomienda pelar las patatas para obtener una textura uniforme, aunque pueden freírse con piel si se prefiere más rusticidad.
- → ¿Qué aceite es mejor para freír?
El aceite de oliva virgen extra potencia el sabor y resiste altas temperaturas, ideal para freír las patatas bravas.
- → ¿Se puede acompañar con otras salsas?
Además de la salsa brava, es común servirlas con alioli suave para añadir un toque cremoso y equilibrar el picante.