Guardar Estas albóndigas de garbanzos y zanahoria en salsa romesco ahumada se han convertido en una de mis opciones preferidas para sorprender a amigos vegetarianos o disfrutar de un plato abundante y diferente. La combinación del sabor ahumado con el dulzor de la zanahoria y la intensidad de la salsa logra una versión saludable y memorable de un clásico español sin carne.
Nunca falla: la serví en una comida familiar junto a una buena hogaza de pan y todos quedaron asombrados del sabor y la textura tan suculenta, y nadie echó en falta la carne. Desde entonces es mi comodín para cenas relajadas o cuando quiero llevar algo especial.
Ingredientes
- Garbanzos cocidos: fundamentales para una textura densa y aportan proteína de calidad elije los que tengan piel suave y sin sabor metálico
- Zanahorias ralladas: dan dulzor natural y humedad busca que estén firmes y con color intenso para más sabor
- Cebolla pequeña picada: aporta fondo y jugosidad selecciona cebollas con piel tersa y sin brotes
- Ajo fresco: da intensidad y matiz elige dientes firmes y sin brotes verdes en el centro
- Pan rallado fresco: liga y da cuerpo al bocado usa pan del día anterior sin corteza para mejor textura
- Perejil fresco: da frescura busca hojas verdes y sin manchas
- Pimentón ahumado: realza el sabor y da aroma cautivador la variedad española ahumada es mi favorita
- Comino molido: suma un toque cálido y carácter que recuerda a la cocina tradicional
- Huevo: para ligar y dar cohesión usa huevo de corral para mejor estructura
- Sal y pimienta negra: realzan todo aprovecha pimienta molida al momento para más aroma
- Aceite de oliva: esencial para freír selecciona uno suave para no tapar los demás sabores
- Pimientos del piquillo o rojos asados: base de la salsa elige los de tarro de cristal o hazlos caseros al horno para sabor profundo
- Tomate pelado: lo hace más fino busca tomate maduro bien rojo para un sofrito dulce
- Almendras blanqueadas: aportan cuerpo sustituye por semillas de girasol si quieres evitar frutos secos prefiere almendra crujiente y blanca
- Ajo fresco: intensifica la romesco fundamental que esté muy fresco
- Vinagre de Jerez o de vino tinto: balancea el punto graso y da acidez elige vinagre con aroma profundo no agresivo
- Aceite de oliva virgen: recoge los sabores de la salsa busca uno de tono dorado y frutal
- Pan crujiente: da textura a la salsa mejor si es pan de masa madre o artesano
- Sal y pimienta: elevan cada capa de sabor utiliza sal marina si es posible
Instrucciones
- Preparar las albóndigas:
- Tritura los garbanzos en un bol grande con un tenedor o prensapapas deben quedar casi completamente triturados pero con algún pedacito para textura
- Mezclar la base:
- Incorpora la zanahoria rallada, cebolla, ajo, pan rallado, perejil, pimentón, comino, huevo, sal y pimienta mezcla a fondo hasta tener una masa uniforme que puedas moldear si lo notas demasiado húmedo añade un poco más de pan rallado
- Formar las bolas:
- Divide la mezcla en 16 porciones del tamaño de una pelota de golf moldeándolas con manos húmedas para que no se peque la masa
- Dorar las albóndigas:
- Calienta el aceite de oliva en una sartén amplia a fuego medio fríe las albóndigas en tandas dándoles vuelta para que se doren por todos los lados entre seis y ocho minutos sácalas a un plato y resérvalas
- Preparar la salsa romesco:
- Mete en el vaso del procesador los pimientos, tomate, almendras o semillas de girasol, ajo, vinagre, aceite, pan, pimentón, sal y pimienta tritura bien hasta que quede una salsa de textura homogénea si prefieres una salsa más rústica no batas tanto
- Cocinar la salsa:
- Echa la salsa en una sartén amplia y pon al fuego medio remueve y ajusta el punto de sal deja que tome cuerpo y sabor unos minutos
- Guisar las albóndigas:
- Coloca con cuidado las albóndigas en la salsa y hazlas cocer a fuego bajo unos diez a quince minutos bañándolas con la salsa de vez en cuando para que tomen bien ese sabor ahumado
- Servir:
- Sirve caliente acompañadas con más perejil fresco picado y añade un pan crujiente cerca para no dejar nada de salsa en el plato
Guardar Admite variaciones sin frutos secos ni huevo. Las almendras le dan a la salsa un punto de intensidad que adoro pero la vez que probé con semillas de girasol el resultado me sorprendió por lo suave y ligero. Así que no dudes en experimentar según tus necesidades o lo que tengas en la despensa. Es una receta que ha unido a mi familia en muchas sobremesas largas de domingo.
Consejos de Conservación
Las albóndigas y la salsa aguantan perfectamente refrigeradas hasta tres días en un recipiente hermético. Guárdalas ya cubiertas de salsa para que no se sequen y el sabor se concentre más. Si quieres prepararlo con antelación la salsa romesco puede hacerse la víspera y guardar en la nevera hasta el momento de usar.
Sustituciones e Ingredientes Alternativos
Si tienes alergia a frutos secos usa semillas de girasol para la salsa y quedará igual de cremosa. En vez de huevo puedes preparar una mezcla de lino molido con agua para aglutinar la masa. Prueba a añadir un poco de pimiento asado en la masa si quieres potenciar el color y el sabor.
Ideas para Servir
Sirve estas albóndigas como parte de una mesa de tapas junto a otras especialidades españolas o acompáñalas con arroz blanco suelto o patatas al vapor. Otra opción reconfortante es dejar que absorban bien la salsa y presentarlas sobre rebanadas de pan rústico tostado.
Guardar No olvides probar y ajustar la acidez de la salsa cada tomate puede variar en dulzor y necesitar un poco más de vinagre. ¡Disfruta de un plato sabroso y saludable que sorprenderá hasta a los más carnívoros!
Preguntas frecuentes sobre recetas
- → ¿Puedo hacer estas albóndigas sin huevo?
Sí, usa una mezcla de lino molido y agua como sustituto para lograr la cohesión.
- → ¿Cómo consigo textura firme en las albóndigas?
Añade más pan rallado si la mezcla queda muy húmeda y refrigérala antes de formar las bolas.
- → ¿Se puede preparar la salsa con otro fruto seco?
Claro, puedes usar semillas de girasol para una versión apta para alérgicos a los frutos secos.
- → ¿Con qué acompañar este platillo?
Sirve con pan crujiente, arroz blanco o patatas asadas para una experiencia completa.
- → ¿Puedo adelantar algún paso?
La salsa romesco puede prepararse con anticipación y guardarse hasta tres días en el refrigerador.