Guardar Recuerdo haber abierto la alacena una tarde cualquiera, buscando algo dulce sin mucho esfuerzo. Solo quedaban tres cosas: mantequilla de maní, azúcar y huevos. Sin harina, sin mantequilla, sin plan real. Mezclé todo en un tazón y el resultado fue tan sorprendente que desde entonces nunca volví a complicarme con recetas largas. Estas galletas se convirtieron en mi salvavidas cuando el tiempo apremia y las ganas de hornear aparecen de la nada.
La primera vez que las hice para unos amigos, nadie creyó que fueran solo tres ingredientes. Uno incluso revisó el tazón buscando rastros de harina escondida. Desde ese día, esta receta se volvió mi carta secreta cuando quiero impresionar sin estrés. Las galletas desaparecieron en minutos y todos querían la receta escrita en una servilleta.
Ingredientes
- 1 taza de mantequilla de maní cremosa: Usa una sin azúcar añadida o ligeramente endulzada para controlar mejor el dulzor final. Asegúrate de que esté bien mezclada antes de medir, porque el aceite separado puede alterar la textura.
- 1 taza de azúcar granulada: Da estructura y ese dulzor clásico, pero puedes sustituirla por azúcar morena si quieres un toque acaramelado más profundo.
- 1 huevo grande: Actúa como el único aglutinante de esta masa, así que asegúrate de que esté a temperatura ambiente para que se integre sin problemas.
Instrucciones
- Prepara el horno y la bandeja:
- Precalienta el horno a 175°C y forra una bandeja con papel pergamino. Este paso es clave porque sin harina, la masa puede pegarse fácilmente.
- Mezcla los ingredientes:
- En un tazón mediano, combina la mantequilla de maní, el azúcar y el huevo. Revuelve con energía hasta que quede una mezcla suave y completamente homogénea, sin grumos.
- Forma las galletas:
- Toma porciones del tamaño de una cucharada y forma bolitas con las manos. Colócalas en la bandeja dejando unos 5 cm de espacio entre cada una, porque se expanden un poco al hornear.
- Aplasta con el tenedor:
- Presiona suavemente cada bolita con un tenedor haciendo el clásico patrón de rejilla. Esto no solo las hace reconocibles, sino que ayuda a que se horneen de manera uniforme.
- Hornea y enfría:
- Mete al horno durante 9 a 11 minutos, hasta que los bordes estén firmes y las superficies empiecen a agrietarse levemente. Déjalas reposar en la bandeja 5 minutos antes de pasarlas a una rejilla, porque estarán muy blandas al principio.
Guardar Una tarde lluviosa, mi sobrina de seis años me ayudó a hacerlas y su única tarea fue aplastarlas con el tenedor. Se tomó cada galleta como una misión artística, concentrada en hacer las líneas perfectas. Cuando las probó recién salidas del horno, con las manos llenas de azúcar, me dijo que eran mágicas porque no tenían harina. Esa palabra se me quedó grabada, porque realmente hay algo mágico en lo simple.
Variaciones que Puedes Probar
Si quieres un sabor más complejo, agrega una pizca de sal marina por encima antes de hornear o unas gotas de extracto de vainilla a la masa. También puedes presionar una chispa de chocolate en el centro de cada galleta justo antes de meterlas al horno, y verás cómo se derriten creando un corazón fundido irresistible. Estas pequeñas modificaciones transforman una receta básica en algo completamente tuyo.
Conservación y Textura
Guarda las galletas en un recipiente hermético a temperatura ambiente y se mantendrán frescas hasta por cinco días. Si las dejas al aire libre, perderán esa suavidad característica y se pondrán demasiado duras. Yo aprendí esto a la mala cuando dejé unas en un plato toda la noche y al día siguiente parecían piedras deliciosas pero incomibles.
Herramientas y Consejos Prácticos
No necesitas batidora ni nada sofisticado, solo un tazón, una cuchara y un tenedor. El papel pergamino es tu mejor amigo aquí porque estas galletas pueden adherirse sin piedad a una bandeja sin forrar. Si no tienes pergamino, engrasa bien la bandeja con un poco de aceite o mantequilla vegetal.
- Usa una cuchara para helado pequeña si quieres galletas del mismo tamaño exacto.
- Si prefieres galletas más crujientes, aplana más la masa antes de hornear.
- Deja enfriar completamente antes de apilar, o se pegarán entre sí.
Guardar Cada vez que hago estas galletas, recuerdo que cocinar no tiene que ser complicado para ser memorable. A veces, lo más sencillo es lo que más te sorprende y lo que terminas compartiendo una y otra vez.
Preguntas frecuentes sobre recetas
- → ¿Se pueden usar mantequillas de cacahuete con azúcar?
Sí, puedes usar mantequilla de cacahuete sin azúcar o ligeramente endulzada según tu preferencia para ajustar el dulzor.
- → ¿Qué textura tienen estas galletas recién horneadas?
Están muy suaves y chewy recién salidas del horno, pero se endurecen ligeramente al enfriarse manteniendo una textura agradable.
- → ¿Se puede añadir algún sabor extra a la mezcla?
Claro, una pizca de sal marina, extracto de vainilla o algunas chispas de chocolate agregan profundidad y variedad al sabor.
- → ¿Cuál es la mejor forma de preparar las galletas antes de hornear?
Formar bolas con la mezcla, colocarlas separadas en la bandeja y aplanarlas suavemente con un tenedor para crear un patrón cruzado clásico.
- → ¿Cuánto tiempo duran estas galletas después de horneadas?
Se conservan bien en un recipiente hermético hasta por varios días, manteniendo su suavidad y sabor.