
Cremosas por dentro y doradas por fuera, estas croquetas de setas y jamón ibérico, horneadas y ligeras, permiten disfrutar del auténtico sabor de la tapa española sin necesidad de freír. Perfectas como aperitivo para compartir o para sorprender en una comida informal, son más fáciles de preparar de lo que imaginas y se adaptan a dietas sin lactosa si utilizas leche vegetal.
Personalmente, las descubrí preparando una reunión familiar: nadie pudo notar que eran horneadas en vez de fritas, y todos pidieron la receta. Las croquetas siempre son sinónimo de celebración en mi casa.
Ingredientes
- Setas variadas frescas y picadas (200 g): Su sabor terroso y textura son la clave. Elige setas con aroma intenso y apariencia húmeda pero no babosa.
- Jamón ibérico picado (100 g): Elige uno con vetas bien marcadas y aroma persistente. Realza todo el conjunto con su salinidad y grasa noble.
- Harina (30 g): Permite ligar la masa y conseguir la textura cremosa. Usa harina de trigo de todo uso o sin gluten si es necesario.
- Leche o bebida vegetal sin azúcar (300 ml): Da suavidad a la bechamel y regula la ligereza de la croqueta. Mejor leche fría al añadir.
- Nuez moscada en pizca: Añade profundidad aromática a la masa.
- Sal y pimienta al gusto: Ajusta según el punto del jamón.
- Aceite de oliva (1 cucharada): Facilita el sofrito del relleno y aporta un toque frutado. Elige uno de sabor suave para no enmascarar el jamón.
- Huevo batido: Logra que el pan rallado se adhiera perfectamente. Mejor huevos frescos, de gallinas camperas si puedes.
- Pan rallado tradicional o sin gluten: Da el acabado crujiente exterior.
- Aceite en spray o pincelado: Permite que se doren sin exceso de grasa.
Instrucciones
- Preparar el relleno y sofreír:
- En una sartén a fuego medio, añade el aceite de oliva. Sofríe las setas a fuego vivo hasta que pierdan el agua. Incorpora el jamón y cocina brevemente para liberar su aroma.
- Ligar la masa:
- Añade la harina sobre el sofrito y remueve para que se tueste de manera uniforme durante un minuto. Vierte la leche poco a poco sin dejar de remover, logrando una masa espesa y homogénea. Sazona con sal, pimienta negra recién molida y nuez moscada. Cocina, removiendo, hasta que la masa se despegue de las paredes.
- Enfriar la masa:
- Pasa la mezcla a un recipiente y deja enfriar a temperatura ambiente antes de llevar a la nevera mínimo dos horas. Este paso asegura que sea manejable al dar forma.
- Formar y empanar las croquetas:
- Con las manos ligeramente enharinadas, forma cilindros uniformes. Pásalos por huevo batido y luego por pan rallado, colocando las croquetas en una bandeja cubierta con papel vegetal.
- Hornear hasta dorar:
- Rocía las croquetas con aceite en spray. Hornea a 200 °C durante 20-25 minutos, girándolas con suavidad a mitad del tiempo, hasta que estén doradas y crujientes por fuera.

Una de mis partes preferidas es usar jamón ibérico: basta abrir el envase y el aroma ya anuncia que estas croquetas van a impresionar. Recuerdo la primera vez que las hice para amigos vegetarianos usando únicamente setas y quedó una versión igual de cremosa y sabrosa. El relleno es muy versátil.
Consejos para conservar
Las croquetas horneadas aguantan bien en la nevera hasta tres días en recipiente hermético. Para recalentarlas, pásalas por horno o freidora de aire para devolverles su toque crujiente. Si decides congelarlas, hazlo en una sola capa antes de hornear; luego puedes cocinarlas directamente sin descongelar, añadiendo unos minutos al tiempo.
Sustituciones de ingredientes
Puedes reemplazar las setas por champiñones portobello o añadir una mezcla de boletus. Si no tienes jamón ibérico, prueba con jamón serrano o pavo ahumado para una versión diferente. Las bebidas vegetales ideales son de soja o avena, siempre sin azúcares añadidos para evitar sabores extraños en la masa.
Sugerencias para servir
Sirve las croquetas recién hechas acompañadas de alioli ligero o una mayonesa suave. Son perfectas como tapa, en reuniones informales con una copa de vino blanco, o como parte de una tabla de picoteo con otros aperitivos españoles, como tortilla o banderillas.
Contexto cultural e historia
Las croquetas son imprescindibles en casi cualquier bar o casa española, y cada familia guarda su versión especial. Surgieron como modo de aprovechar sobras, pero se han convertido en protagonista de la cocina de aprovechamiento. En mi familia, la combinación de setas y jamón ibérico representa la fusión perfecta de bosques y dehesa, celebrando la riqueza de nuestra gastronomía.
Adaptaciones estacionales
En otoño, utiliza setas de temporada como boletus o níscalos para dar matices únicos. En verano, acompaña con ensaladas frescas y prueba con jamón de cordero o pimientos asados en tiras dentro de la masa.

Disfrutar estas croquetas recién horneadas y doradas es compartir un trocito de la cultura española en casa, de la manera más ligera y sabrosa posibles.
Preguntas frecuentes sobre recetas
- → ¿Se pueden congelar las croquetas antes de hornear?
Sí, puedes congelar las croquetas formadas antes de hornearlas y cocinarlas directamente del congelador, ajustando ligeramente el tiempo de horno.
- → ¿Qué bebida vegetal es mejor para una versión sin lactosa?
La bebida de soja sin azúcares es una buena opción, pues aporta cremosidad y no altera el sabor de las croquetas.
- → ¿Cómo puedo conseguir una textura cremosa en el interior?
Remueve constantemente la mezcla mientras añades la leche poco a poco para evitar grumos y lograr una masa suave y espesa.
- → ¿Puedo sustituir el jamón ibérico por otra carne?
Sí, puedes usar jamón serrano o incluso pechuga de ave picada si buscas un sabor diferente.
- → ¿Qué tipo de setas funcionan mejor?
Una mezcla de champiñones y setas de temporada aporta más sabor y textura, aunque puedes usar solo un tipo sin problema.