
Las albóndigas de merluza y gambas en salsa verde son un plato tradicional que transforma ingredientes sencillos del mar en una receta elegante, suave y repleta de sabor. Es perfecto para compartir en familia o para lucirte en una ocasión especial, ya que combina productos frescos y naturales en una elaboración ligera y sin complicaciones.
Siempre que la preparo en casa, el aroma del perejil fresco y el vino combina a la perfección con el marisco, y me transporta directamente a las comidas especiales de mi infancia con la familia reunida.
Ingredientes
- Merluza limpia y sin espinas: Busca filetes frescos, de carne firme, sin olor fuerte ni partes oscuras.
- Gambas peladas: Mejor si son frescas o bien descongeladas y secas antes de picar.
- Huevo: Sirve de base para unir la mezcla y dar suavidad.
- Pan rallado (elige sin gluten si es necesario): Aporta textura y ayuda a dar forma a las albóndigas; elige un pan casero o de calidad.
- Ajo picado: Da profundidad de sabor, mejor fresco.
- Perejil fresco picado: Fundamental para ese color y aroma verde tan característico; usa sólo hojas frescas.
- Sal y pimienta al gusto: Ajusta con moderación para respetar el sabor del pescado y marisco.
- Aceite de oliva para freír: Prefiere un aceite suave, de oliva virgen, para mejor sabor y textura.
- Ajo (para la salsa): Es el punto de inicio para aromatizar, siempre mejor natural y sin brotes.
- Harina (o maicena para opción sin gluten): Engruesa la salsa y la vuelve sedosa, elige una harina fina.
- Vino blanco: Aporta acidez y realza los demás sabores; un vino joven y afrutado funciona muy bien.
- Caldo de pescado: Esencial para potenciar el carácter marinero, busca un caldo casero o bajo en sal.
- Perejil fresco picado (para la salsa): Da el color y ese perfume verde vibrante, añade justo al final para mantener el tono fresco.
- Sal (para la salsa): Para ajustar el punto final de la salsa.
Instrucciones
- Preparar la mezcla de albóndigas:
- Pica finamente la merluza y las gambas con un cuchillo bien afilado, evitando triturar demasiado para no perder textura. Mezcla en un bol grande junto con el huevo, pan rallado, ajo, perejil, sal y pimienta hasta que se integren bien. Forma bolas pequeñas y compactas con las manos humedecidas.
- Dorar las albóndigas:
- Calienta aceite de oliva en una sartén a fuego medio-alto. Fríe las albóndigas un par de minutos por cada lado sólo hasta que tomen color dorado, no es necesario cocinarlas del todo en esta etapa. Sácalas a un plato y reserva.
- Preparar la salsa verde:
- En una cazuela limpia, añade un poco de aceite y sofríe los ajos laminados a fuego suave para que suelten su aroma sin quemarse. Incorpora la harina y remueve para formar una base, dorando un poco. Añade el vino blanco en hilo y sube un poco el fuego para que el alcohol se evapore totalmente, removiendo para evitar grumos.
- Cocinar las albóndigas en la salsa:
- Vierte el caldo de pescado y el perejil, mezclando bien hasta que la salsa quede homogénea y empiece a espesar. Introduce con cuidado las albóndigas reservadas, baja el fuego y deja que se cocinen juntos durante 10 a 15 minutos, moviendo la cazuela suavemente para evitar que se rompan y ayudando a ligar la salsa.
- Servir el plato:
- Coloca las albóndigas y la salsa en una fuente caliente y sirve tal cual, o acompaña con arroz blanco o patatas cocidas. Espolvorea más perejil fresco justo antes de llevar a la mesa para un extra de color y aroma.

Uso perejil fresco siempre al servir porque su aroma me trae recuerdos de mi abuela cocinando pescados; para mí, es imprescindible en este plato. Es un detalle sencillo pero que transforma la salsa en algo especial. Además, una vez disfruté esta receta en una celebración familiar junto al mar y fue la preferida por todos.
Consejos de conservación
Guarda las albóndigas ya cocinadas en salsa en un recipiente hermético en el frigorífico. Se conservarán en buen estado hasta tres días, y el sabor incluso mejora al reposar. Recalienta suavemente en cazuela o incluso al microondas, añadiendo una cucharada de agua si espesa demasiado. Si prefieres, puedes congelar la salsa y las albóndigas por separado en bolsas aptas para congelador; consume en un mes para mejor textura.
Sustituciones de ingredientes
Si no tienes merluza, puedes usar otro pescado blanco firme como bacalao fresco o rape. Para los alérgicos al marisco, elimina las gambas y aumenta la cantidad de pescado, el resultado seguirá siendo suave y sabroso. El vino blanco puede ser sustituido por un chorrito de limón para una versión sin alcohol. La harina tradicional se puede cambiar por maicena o una mezcla sin gluten.
Sugerencias para servir
Me encantan acompañadas de arroz blanco redondo, ligeramente suelto, porque absorbe perfectamente la salsa. También funcionan muy bien con patatas cocidas cortadas en dados pequeños o, si prefieres, sobre pan tostado como aperitivo. Unas verduras a la plancha o una ensalada verde fresca completan el menú de forma ligera.
Contexto cultural
La salsa verde es un clásico de la cocina norteña española, famosa especialmente en el País Vasco para acompañar pescados y mariscos. Este tipo de albóndigas resaltan la importancia del mar en la dieta mediterránea española, siendo un plato que une sencillez y tradición marinera. Es muy común ver versiones similares en celebraciones o menús festivos del norte.
Adaptaciones según la temporada
En temporada de primavera y verano, aprovecha mariscos frescos y añade unas almejas a la salsa al final para un sabor aún más intenso. Cuando el frío aprieta, acompaña el plato con puré de patatas cremoso o una base de puerros salteados para un resultado más reconfortante.

La próxima vez que busques sorprender con un plato de marisco que vaya más allá de lo habitual, recuerda que estas albóndigas de merluza y gambas en salsa verde harán que todos quieran repetir.
Preguntas frecuentes sobre recetas
- → ¿Puedo preparar albóndigas con otro tipo de pescado?
Sí, puedes usar pescados blancos como bacalao o rape, pero ajusta la textura según su firmeza.
- → ¿Cómo lograr que no se deshagan las albóndigas al cocinarlas?
Asegúrate de picar finamente los ingredientes y compactar bien la mezcla. Dorarlas antes ayuda a que mantengan su forma.
- → ¿Es posible hacer la salsa verde sin vino?
Sí, puedes omitir el vino y añadir un poco más de caldo para conseguir una salsa sabrosa y aromática.
- → ¿Se puede hacer este plato sin gluten?
Claro, utiliza pan rallado sin gluten y sustituye la harina por maicena para una versión apta.
- → ¿Con qué guarnición combina mejor?
Las albóndigas marinas van muy bien con arroz blanco, patatas cocidas o verduras al vapor.