
Este pastel de almendras tradicional gallego recibe un toque veraniego con la adición de bayas frescas y un sutil aroma a limón, creando un postre vibrante y delicioso que cautivará a todos tus invitados.
La primera vez que preparé esta tarta fue para una cena con amigos españoles y desde entonces se ha convertido en mi postre estrella durante los meses de verano. El contraste entre la base húmeda de almendra y las frutas ácidas es simplemente irresistible.
Ingredientes
- Almendra molida fina: 250 g es la base de la tarta aportando humedad y un sabor característico
- Azúcar granulada: 200 g equilibra la acidez de las frutas
- Huevos grandes: 4 unidades proporcionan estructura y riqueza
- Ralladura de 1 limón: aporta frescura y aroma cítrico
- Canela molida: ½ cucharadita añade un toque especiado sutil pero reconocible
- Extracto de almendra: ½ cucharadita opcional para intensificar el sabor
- Una pizca de sal: realza todos los sabores
- Bayas de temporada variadas: 150 g frescas y de colores vibrantes
- Azúcar glas: para espolvorear
- Hojas de menta: para decorar opcional
Instrucciones Paso a Paso
- Preparación del horno:
- Precalienta el horno a 175°C. Engrasa un molde desmontable de 23 cm y cubre el fondo con papel pergamino. Este paso es crucial para que la tarta no se pegue y puedas desmoldarla fácilmente sin que se rompa.
- Batido de base:
- En un recipiente grande, bate los huevos con el azúcar hasta conseguir una mezcla pálida y ligeramente espesa, aproximadamente durante 2-3 minutos. No escatimes en este paso, ya que la incorporación de aire hará que tu tarta quede más esponjosa y con mejor textura.
- Incorporación de aromas:
- Añade la ralladura de limón, la canela, el extracto de almendra si lo usas y la sal. Mezcla bien para que los aromas se distribuyan uniformemente en toda la masa. La ralladura debe ser solo de la parte amarilla del limón, evitando la parte blanca que puede aportar amargor.
- Adición de almendra:
- Incorpora la almendra molida con movimientos envolventes hasta obtener una masa homogénea. La textura será espesa pero manejable. Es importante no batir en exceso para que la tarta mantenga su humedad característica.
- Horneado:
- Vierte la masa en el molde preparado y alisa la superficie con una espátula. Hornea durante 30-35 minutos, o hasta que la superficie esté dorada y al insertar un palillo en el centro, éste salga limpio. La tarta puede parecer poco hecha en el centro pero se asentará al enfriarse.
- Enfriamiento y montaje:
- Deja que la tarta se enfríe completamente en el molde. Una vez fría, desmóldala con cuidado y colócala en un plato de servir. Este paso es crucial para que mantenga su forma y no se desmorone.
- Decoración final:
- Espolvorea con azúcar glas y dispón las bayas frescas por encima. Si lo deseas, añade unas hojas de menta para dar un toque de color y frescura. La combinación de colores hará que tu tarta sea tan atractiva a la vista como al paladar.

Mi ingrediente favorito en esta receta es definitivamente la almendra molida. Recuerdo claramente cómo mi abuela solía moler las almendras a mano para sus postres, y ese aroma inconfundible siempre me transporta a su cocina. Aunque hoy uso almendra ya molida para ahorrar tiempo, nunca dejo de pensar en ella cuando preparo esta tarta.
Consejos De Conservación
Esta tarta se mantiene perfectamente a temperatura ambiente durante unos tres días, cubierta con un paño limpio o dentro de una campana para tartas. No es recomendable guardarla en el refrigerador ya que puede secarse, a menos que haga mucho calor y las frutas puedan estropearse. En ese caso, guárdala en la nevera pero sácala al menos una hora antes de servir para que recupere su textura ideal.
Variaciones Posibles
Aunque las bayas son mi elección favorita para esta tarta, puedes adaptarla según la temporada. En otoño, prueba con higos y una pizca más de canela. En invierno, las peras pochadas con un toque de vino tinto son maravillosas. También puedes experimentar con el cítrico usando naranja en lugar de limón o incluso añadir un chorrito de licor de almendra a la masa para una versión más adulta y sofisticada.
Origen Cultural
La Tarta de Santiago es originaria de Galicia y debe su nombre al Apóstol Santiago, patrón de España. Tradicionalmente se decora con la Cruz de Santiago espolvoreada con azúcar glas sobre la superficie. Esta versión modernizada mantiene la esencia de la receta original pero añade un toque fresco y colorido con las frutas de temporada. Es un hermoso ejemplo de cómo las recetas tradicionales pueden evolucionar respetando sus raíces.

Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Puedo preparar esta tarta con anticipación?
Sí, de hecho, la tarta mejora después de reposar unas horas. Puede prepararse con un día de antelación y conservarse cubierta a temperatura ambiente hasta por 3 días. Para mantener la frescura de las frutas, recomendamos añadirlas poco antes de servir.
- → ¿Es necesario utilizar extracto de almendra?
No es imprescindible, pero el extracto de almendra potencia el sabor característico de la tarta. Si no dispone de él, la tarta seguirá siendo deliciosa con el aroma natural de las almendras molidas y el toque cítrico del limón.
- → ¿Qué puedo servir como acompañamiento?
Esta tarta marida excelentemente con un vino Albariño fresco o una copa de Cava espumoso. También puede servirse con una cucharada de crema batida ligeramente endulzada o una bola de helado de vainilla para ocasiones especiales.
- → ¿Puedo congelar esta tarta?
El bizcocho base se puede congelar perfectamente hasta por 3 meses. Envuélvalo bien en film transparente y luego en papel aluminio. Descongele a temperatura ambiente y añada el azúcar glas y las frutas frescas justo antes de servir.
- → ¿Qué otras frutas puedo utilizar si no encuentro bayas?
Puede adaptarse a las frutas de temporada disponibles. Melocotones o nectarinas en rodajas finas, higos, o incluso gajos de cítricos caramelizados funcionan muy bien. En invierno, pruebe con compota de manzana o pera especiada como alternativa.
- → ¿Cómo puedo hacer la tradicional decoración de la Cruz de Santiago?
Para incorporar la tradicional Cruz de Santiago, coloque una plantilla sobre la tarta ya enfriada y espolvoree generosamente con azúcar glas. Retire cuidadosamente la plantilla y disponga las bayas alrededor, dejando visible el símbolo central.