
Esta tarta de queso vasca clásica es el postre que todos quieren probar cuando buscan algo que luzca simple pero que sorprenda con su textura sedosa y sabor profundo. A diferencia de otras tartas de queso, aquí se busca ese dorado intenso en la superficie, casi quemado, y un centro inestablemente cremoso que apenas aguanta al corte. Es la favorita de mi familia para cualquier celebración y un sólido éxito asegurado cuando la llevo a reuniones de amigos.
Recuerdo cuando la preparé por primera vez para mi madre en su cumpleaños y al probarla fue un momento especial nuestra nueva tradición quedó sellada en ese instante
Ingredientes
- Queso crema: Ideal Philadelphia, aporta suavidad y sabor lácteo, es importante que esté a temperatura ambiente
- Huevos: Tamaño L, liga la mezcla y aporta estructura fresca
- Azúcar blanco: Para endulzar perfectamente sin dominar el sabor del queso
- Nata líquida para montar: De al menos treinta y cinco por ciento de grasa, aporta cremosidad, elige una de origen animal para mejor sabor
- Harina de trigo: Un toque para estabilizar la mezcla, puedes tamizarla para evitar grumos
- Sal: Resalta el sabor y equilibra el dulzor, busca sal fina para una mejor disolución
- Mantequilla: Para untar el molde, opta por una de buena calidad
- Papel de horno: Imprescindible para despegar la tarta sin problema, un truco es mojar y arrugar antes de adaptarlo al molde
Instrucciones paso a paso
- Preparación del molde:
- Forra un molde desmontable de veinte a veintidós centímetros con papel de horno mojado y arrugado para ajustarlo bien y que sobresalga del borde, unta con mantequilla para que se desmolde sin esfuerzo
- Mezclado de la masa:
- Trabaja el queso crema con varillas hasta lograr textura cremosa, añade el azúcar y mezcla, agrega los huevos uno a uno batiendo solo lo justo, luego suma la nata y finalmente la harina tamizada con la sal, bate apenas hasta integrar y sin grumos
- Vertido y horneado:
- Vierte la masa líquida en el molde, prepara el horno bien caliente doscientos diez grados centígrados y hornea de cuarenta a cuarenta y cinco minutos, la superficie debe quedar bastante dorada casi quemada pero el centro tembloroso, si se dora demasiado rápido cubre flojamente con papel de aluminio
- Enfriado:
- Deja la tarta en el horno apagado con la puerta entreabierta quince minutos, saca a temperatura ambiente y espera a que enfríe del todo, después refrigera al menos cuatro horas o mejor de un día para otro, así la textura se asienta y mejora
- Desmoldado y servicio:
- Retira con cuidado el aro y despega el papel, puedes dejar el papel en la base si buscas un look rústico, corta con cuchillo afilado y limpio, disfruta sola sin más, el sabor habla por sí mismo

Debes saber
Contiene mucha proteína gracias al queso crema y los huevos
Se puede congelar en porciones y siempre queda bien después de descongelar
Es más fácil de hacer de lo que imaginas y no tienes que preocuparte por grietas
Mi parte favorita es el contraste de la superficie quemadita con el centro tembloroso, cuando la pruebo recién cortada siempre recuerdo reuniones familiares donde la servíamos aún fría entre risas y anécdotas de sobremesa

Preguntas frecuentes sobre recetas
- → ¿Por qué la tarta lleva la superficie tan dorada?
La tarta se hornea a alta temperatura para caramelizar la capa superior, dándole una textura y sabor únicos.
- → ¿Es normal que el centro quede tembloroso?
Sí, el centro debe quedar muy blando tras el horneado; al enfriar, adquiere su textura característica y cremosa.
- → ¿Puedo usar otro tipo de queso crema?
Se recomienda queso tipo Philadelphia, pero puedes probar variantes suaves que mantengan la textura cremosa.
- → ¿Cuánto tiempo necesita enfriar?
Debe enfriarse totalmente a temperatura ambiente y luego en la nevera al menos cuatro horas para asentar su textura.
- → ¿Qué acompañamientos combinan bien?
Su sabor es tan rico que suele servirse sola, pero combina bien con frutas frescas o un toque de canela.