
Esta galette de arándanos es mi opción preferida cuando quiero un postre sencillo que celebra los sabores del verano sin complicaciones ni moldes. La masa crujiente se convierte en el complemento perfecto para un relleno jugoso de arándanos frescos, con solo un toque de dulzura y acidez. Me encanta lo fácil que es personalizarla según la fruta de temporada o lo que tenga en la despensa.
Desde la primera vez que la horneé para una cena de verano con amigos, quedó claro que esta receta sería una de esas favoritas que siempre me piden repetir. No hay quien se resista a una rebanada tibia con un poco de helado.
Ingredientes
- Harina de trigo todo uso: Da estructura y ligereza a la masa, busca una harina fresca para mejores resultados
- Mantequilla sin sal fría: Aporta el sabor y la textura hojaldrada, corta la en cubos y mantenla refrigerada hasta el momento de usar
- Azúcar granulado: Añade dulzura tanto en la masa como en el relleno, selecciona un azúcar de buena calidad para un resultado más limpio
- Sal: Refuerza los sabores de la masa, no omitas esta pizca
- Agua helada: Ayuda a unir la masa sin calentarla, utiliza agua bien fría para mantener la textura crujiente
- Arándanos frescos: Son el corazón del relleno, escoge los más firmes y brillantes para lograr el mejor sabor
- Maicena: Espesa el jugo de los arándanos, da una textura perfecta, evita que el relleno quede demasiado líquido
- Ralladura de limón: Realza la frescura de la fruta, elige limones con piel sin manchas
- Jugo de limón: Equilibra la dulzura y aporta acidez, usa jugo de limón recién exprimido para mejores resultados
- Extracto de vainilla: Acentúa el sabor dulce, procura usar una vainilla pura en vez de artificial
- Huevo batido: Le da color y brillo a la costra, compra huevos frescos y de buena procedencia
- Azúcar gruesa: Aporta textura crujiente al borde de la masa, es opcional pero le da un toque festivo
Instrucciones paso a paso
- Preparar la masa:
- En un bol grande mezcla harina, azúcar y sal. Incorpora la mantequilla fría cortada en cubos usando un cortapastas o los dedos hasta que la mezcla parezca migas gruesas. Añade agua helada poco a poco mezclando solo hasta que todo se una en una masa. Forma un disco, envuélvelo en papel film y refrigéralo durante treinta minutos.
- Preparar el relleno:
- En un bol mediano une los arándanos, azúcar, maicena, ralladura y jugo de limón, vainilla y una pizca de sal. Mezcla suave para no aplastar la fruta y reserva para que se integren los sabores.
- Estirar la masa:
- Sobre una mesa ligeramente enharinada extiende la masa fría en un círculo de treinta centímetros aproximadamente. Transfiere con cuidado a una bandeja forrada con papel vegetal.
- Montar la galette:
- Distribuye el relleno de arándanos en el centro dejando un borde de cinco centímetros libre. Pliega los bordes de la masa hacia adentro sobre la fruta haciendo pliegues naturales para que quede rústica.
- Barnizar y terminar:
- Pinta los bordes con huevo batido y espolvorea con azúcar gruesa si deseas una costra más crujiente y dorada.
- Hornear:
- Lleva la bandeja al horno precalentado a doscientos grados centígrados y hornea durante treinta y cinco a cuarenta minutos hasta que los bordes estén bien dorados y el relleno burbujee.
- Reposar y servir:
- Deja enfriar al menos quince minutos para que el relleno se asiente. Sirve tibio o a temperatura ambiente, idealmente con helado de vainilla o nata montada.
Siempre disfruto usar arándanos frescos cuando están en temporada, su color intenso y sabor me recuerdan mis paseos por el campo recolectando fruta con mi familia cuando era pequeña. Compartir una galette aún tibia en la mesa llena de risas es uno de esos pequeños grandes placeres de la vida.
Sustituciones de ingredientes
Puedes cambiar los arándanos por moras, frambuesas, ciruelas o incluso manzanas en rodajas finas, manteniendo la misma base de masa. Si prefieres un sabor diferente, prueba añadir una pizca de canela o cardamomo al relleno.
Cómo servirla
Nada supera una porción tibia de galette acompañada de helado de vainilla, yogur griego o una cucharada generosa de crema batida. También es deliciosa con solo un café o té para una merienda especial. Me gusta decorar con un poco de ralladura de limón fresco por encima para un detalle de color y aroma.
Una receta con raíces francesas
La galette es un clásico de la pastelería rústica francesa donde se aprecia la sencillez de la preparación y la versatilidad de la masa. En Francia es tradicional preparar este tipo de tartas con frutas locales y sin moldes buscando siempre resaltar el producto fresco de cada temporada.


Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Puedo usar otros frutos en la galette?
Sí, puedes sustituir los arándanos por frambuesas, fresas, moras o incluso frutas de hueso según la temporada.
- → ¿Es necesario enfriar la masa antes de hornear?
Refrigerar la masa ayuda a lograr una textura más crujiente y evita que la mantequilla se derrita antes de tiempo.
- → ¿Qué acompañamiento va bien con esta galette?
Se recomienda servirla con helado de vainilla o nata montada para añadir cremosidad y frescura.
- → ¿Se puede preparar con antelación?
Sí, puedes hacer la masa un día antes y armarla justo antes de hornear para mantener la frescura.
- → ¿Cómo lograr que la base quede dorada y crujiente?
Utiliza huevo batido para pincelar los bordes y hornea hasta que tome un color dorado intenso.