
Este salmón glaseado con miel y ajo es una de esas recetas que sorprenden por lo fácil y rápida que es pero también por lo espectacular de su sabor. En menos de veinte minutos logras un plato digno de restaurante perfecto para cuando quieres impresionar o simplemente necesitas una cena deliciosa y sin complicaciones.
Mi familia suele pedirla cuando no hay mucho tiempo o alguien menciona que tiene antojo de algo que parezca más elaborado de lo que es Me encanta la reacción de sorpresa cuando prueban el glaseado tan pegajoso y sabroso
Ingredientes
- Filetes de salmón frescos: Preferiblemente busca piezas sin manchas oscuras y de olor suave para asegurar buen sabor y frescura El salmón da esa textura jugosa y es fundamental para la receta
- Sal marina: realza el sabor natural del pescado usa sal fina si prefieres que se mezcle bien
- Pimienta negra recién molida: agrega un toque especial si puedes muélela en el momento para más aroma
- Miel: densa y de buena calidad elegí miel cruda o pura si es posible su dulzura es clave en el glaseado
- Salsa de soya bajo sodio: mejor si es sin gluten busca una marca auténtica o japonesa para realce de umami
- Jugo de limón fresco: nunca uses embotellado el ácido equilibra la dulzura y da brillo
- Ajo fresco triturado: intensifica el aroma y sabor busca cabezas firmes y sin brotes
- Aceite de oliva extra virgen: para dorar el salmón siempre uso una variedad frutal ligera que no opaque el glaseado
- Mantequilla sin sal: ayuda a que el glaseado tenga brillo y cuerpo busca mantequilla natural para evitar sabores artificiales
- Perejil fresco picado: para decorar añade color y frescura puedes optar por cilantro si tienes a mano
- Gajos de limón: para servir dan el toquecito final de acidez y lucen lindos en la mesa
- Semillas de sésamo: si las quieres para acabado decorativo y un sutil toque tostado escoge semillas claras
Preparación paso a paso
- Secar el salmón:
- Seca cuidadosamente los filetes con papel de cocina esto ayuda a que el salmón dore bien y el glaseado se adhiera mejor Asegúrate de que no quede humedad visible
- Sazonar el pescado:
- Espolvorea ambos lados del salmón con sal y pimienta negra procurando que toda la superficie tenga un toque uniforme Así el sabor será parejo en cada bocado
- Preparar la salsa:
- En un cuenco mezcla bien la miel la salsa de soya el jugo de limón y el ajo picado hasta obtener una mezcla homogénea Reserva cerca de la sartén ya que la usarás rápido
- Dorar el salmón:
- Calienta el aceite de oliva en una sartén antiadherente grande a fuego medio alto Cuando la sartén esté caliente coloca los filetes con la piel hacia abajo si la llevan Cocina sin mover entre cuatro y cinco minutos hasta que la base se vea dorada y casi cocida
- Agregar el glaseado y mantequilla:
- Voltea cuidadosamente los filetes agrega la mantequilla a la sartén y vierte la salsa preparada sobre el pescado Deja que la salsa hierva suavemente mientras con una cuchara bañas el salmón con el glaseado
- Cocinar hasta glasear:
- Permite que el salmón se cocine otros tres o cuatro minutos la salsa debe burbujear y espesarse ligeramente Usando una cuchara sigue bañando el pescado con esa mezcla pegajosa para un acabado uniforme
- Servir y decorar:
- Retira los filetes a platos individuales vierte encima el glaseado restante de la sartén y decora con perejil picado gajos de limón y semillas de sésamo Lleva a la mesa inmediatamente para disfrutarlo caliente y jugoso

Debes saber
Fuente de proteína magra y grasas saludables La miel aporta antioxidantes y dulzura natural El platillo es libre de gluten si utilizas salsa de soya adecuada Siempre le echo limón extra porque en mi casa el toque ácido del cítrico se ha vuelto imprescindible Mis niños se pelean por el último pedacito bañado en salsa y dicen que no saben qué es mejor el pescado o raspar el sartén cuando queda glaseado
Consejos de conservación
Guarda los restos en un recipiente hermético en la nevera máximo dos días El salmón tiende a recalentarse bien si lo haces en microondas cubierto apenas con unas gotas de agua para no resecar o bien en sartén a fuego muy suave Si quieres adelantar parte de la receta la salsa puede mezclarse desde un día antes y guardarse tapada en frío
Sustituciones inteligentes
Si no tienes miel prueba con jarabe de maple aunque el sabor cambiará un poco y será igual de rico Para versión sin mantequilla usa solo aceite de oliva Si no hay perejil el cebollín fresco o cilantro picado van perfecto En vez de semillas de sésamo puedes usar almendras fileteadas tostadas para decorar
Formas ricas de servirlo
Prueba acompañar el salmón con arroz blanco al vapor o quinoa como base El glaseado cae perfecto sobre vegetales salteados como brócoli espárragos o zanahorias Para un toque sofisticado agrégalo sobre una ensalada verde con aguacate y gajos de naranja También luce genial como plato central en celebraciones con un vino blanco fresco y pan crujiente al costado
Un guiño a su origen
Este plato fusiona sencillez occidental con la inspiración asiática de la salsa de soya y el glaseado Esta receta ha viajado mucho en mi repertorio desde una noche improvisada con amigos hasta una cena íntima Solo necesitas ingredientes básicos pero el sabor te transporta a algo especial cada vez
Consejos de experta

Preguntas y respuestas sobre la receta
- → ¿Puedo usar otro tipo de pescado?
Sí, puedes sustituir el salmón por otros pescados firmes como la trucha o el bacalao, ajustando el tiempo de cocción según el grosor.
- → ¿Es posible hacer la salsa sin soja?
Puedes reemplazar la salsa de soja por tamari o coco aminos si deseas una versión diferente y libre de gluten.
- → ¿Cómo evito que el salmón se desmorone al voltearlo?
Asegúrate de no mover el filete hasta que esté bien dorado y usa una espátula ancha para voltearlo con cuidado.
- → ¿Se puede preparar con anticipación?
El salmón es ideal recién hecho, pero puedes preparar la salsa y marinar previamente para ahorrar tiempo.
- → ¿Qué guarniciones recomiendan?
Queda delicioso acompañado de arroz blanco, quinoa, puré de patatas o verduras salteadas.
- → ¿Con qué vino marida mejor?
Un vino blanco seco y fresco, como Sauvignon Blanc, realza los matices del plato.