01 -
Coloca los trozos de sandía, las hojas de menta, el jugo de lima y el azúcar en una licuadora o procesador de alimentos.
02 -
Licúa hasta que la mezcla quede completamente homogénea. Prueba y ajusta el nivel de dulzura si es necesario.
03 -
Vierte la mezcla a través de un colador de malla fina sobre un plato plano apto para congelador para eliminar la pulpa (opcional, si prefieres una textura más suave).
04 -
Congela la mezcla durante 45–60 minutos, luego usa un tenedor para raspar y romper los cristales de hielo que se formen en los bordes.
05 -
Regresa al congelador y, cada 30 minutos, raspa la mezcla con un tenedor. Repite este proceso 3–4 veces, hasta que la granita esté completamente congelada y tenga una textura esponjosa con cristales finos (aproximadamente 4 horas en total).
06 -
Esponja la granita con un tenedor y sirve en vasos fríos. Decora con hojas frescas de menta y sirve de inmediato.