01 -
Pelar los plátanos y cortarlos en rodajas de aproximadamente 1½ cm de grosor.
02 -
Colocar las rodajas de plátano en una sola capa sobre una bandeja para hornear forrada con papel pergamino.
03 -
Congelar las rodajas de plátano durante al menos 2 horas o hasta que estén sólidas.
04 -
Transferir las rodajas de plátano congeladas a una licuadora de alta potencia o procesador de alimentos.
05 -
Licuar a alta velocidad, deteniéndose ocasionalmente para raspar los lados del recipiente, hasta que la mezcla tenga una textura cremosa similar a un helado suave (unos 2–3 minutos).
06 -
Servir inmediatamente si se desea una textura suave, o transferir a un recipiente hermético y congelar durante 1–2 horas para una textura más firme.